TEMA 2. LA ÉPICA (VIRGILIO, LUCANO)


1. La poesía épica en Roma.

La épica latina ocupa el primer lugar dentro de  los géneros de la literatura latina porque responde al amor por los grades hechos de la historia nacional, en la que se mezcla también la leyenda de sus orígenes, y el gusto por lo militar, rasgos ambos propios del carácter romano.
En la épica latina confluyen tres corrientes: la tradición griega, representada por los poemas homéricos, la historia nacional como tema del poema, a partir de Nevio, y la poesía alejandrina, que influirá en los aspectos estilísticos, sobre todo en Virgilio, y en la introducción de una épica refinada en la que abundan los motivos mitológicos. El empleo del hexámetro, procedente de la literatura griega, fue la regla métrica sin excepción a partir de Ennio. El verso utilizado antes era el saturnio, probablemente de creación latina.

Los orígenes de la épica romana.

Los orígenes de la épica romana se remontan a las laudes o laudationes que, según el testimonio de Catón, se cantaban en los banquetes con acompañamiento de la tibia.
Al lado de este testimonio, tenemos el de Varrón, en el que se dice que en los banquetes los pueri cantaban las hazañas de sus antepasados. Estos carmina convivalia podrían corresponder a las “canciones de gesta” que en la mayoría de los pueblos preceden a la epopeya. Serían, pues, los gérmenes de la originaria epopeya nacional romana.

1.1 Épica arcaica.  

Los romanos prefieren una épica nacional que cantaba a los héroes de la historia romana. Así, épica e historiografía son dos vertientes de una misma línea maestra que llevaba a ensalzar el pasado de Roma.

Livio Andrónico.
Andrónico fue un esclavo griego llegado a Roma después de la toma de Tarento (272 a.C.) Una vez emancipado, recibió el nombre de su antiguo patrono, Livio. Fue pedagogo de las familias ilustres de Roma, enseñaba el latín y el griego y fue el primero que dio a conocer la literatura griega a los romanos. Tradujo la Odisea al latín en versos saturnios. Era una traducción que pretendía reflejar y adaptar las imágenes, el sentimiento y el tono del original.

Cneo Nevio (264?194? a.C.)
Nevio es un romano, originario de Campania; un antiguo soldado que participó en la primera guerra púnica, un demócrata violento en sus ataques contra los patricios. Escribió el Poenicum Bellum, en versos saturnios, en el que celebra la primera guerra púnica, creando así una epopeya nacional. Más original y más romano que Livio Andrónico, es el primer escritor verdaderamente latino.

Ennio (239-169 a.C.)
Nacido en Tarento, en una región impregnada de helenismo, pero latino por temperamento. Ennio tiene el honor de haber puesto al servicio de la lengua latina su formación griega y su sincero patriotismo romano.
Escribió una epopeya en 18 libros titulada los Annales, de la que nos quedan 600 versos. En ella canta, en versos hexámetros, la historia de Roma desde los orígenes hasta su época. Esta obra fue considerada por los romanos su epopeya nacional hasta la aparición de la Eneida. Ennio puso en marcha la lengua literaria latina sustituyendo el horridus saturnio por el hexámetro, adoptado de los modelos griegos.
No tiene la armonía de Virgilio. Su lengua es aún ruda, y los versos, pesados por el abuso de los espondeos. Pero Ennio es un verdadero poeta, dotado de una imaginación poderosa y colorista. Fue admirado en Roma hasta la época de Cicerón, e inspira a Virgilio, que toma de él muchos versos. Por haber sabido adaptar la cultura griega al genio romano y exaltar el sentimiento de la dignidad nacional, Ennio ha tenido un papel muy importante en la formación de la literatura del período clásico.

1.2. Virgilio (70-19 a.C.)

Publio Virgilio Marón nació el 15 de Octubre del 70 a.C., en Andes, cerca de Mantua, al norte de Italia. Su infancia transcurrió en la pequeña heredad de su padre, en la llanura tranquila del río Mincio. Hizo sus estudios en Cremona, después en Milán y los terminó en Roma, siguiendo, según la costumbre, los cursos de retórica y filosofía. Poco dotado para la elocuencia, se interesó sobre todo por la poesía y frecuentó los círculos literarios de la capital, en los que la moda era el alejandrinismo.

Su vida apacible sufrió entonces el golpe de las guerras civiles y sus consecuencias. Octavio había decidido distribuir tierras a sus veteranos: los territorios de Mantua y de Cremona fueron destinados para ello y Virgilio se encontró despojado de sus bienes (40 a.C.). Gracias a amigos influyentes pudo tener acceso a Augusto. No se sabe exactamente el resultado de estas gestiones. En todo caso, el poeta ganó la protección y la amistad del príncipe y de Mecenas. Si perdió sus tierras, recibió grandes compensaciones en Roma y en Italia del sur. En su villa de Campania pudo entregarse con toda tranquilidad a las letras y a la poesía hasta su muerte, en el año 19 a.C.

La Eneida.

La Eneida, epopeya en doce libros, fue compuesta por Virgilio entre los años 29 y 19 a.C. El poema quedó sin recibir los últimos retoques, detalle inapreciable al lado de la grandeza de la obra.


La Eneida canta, en los seis primeros libros, el viaje errante de Eneas desde Troya y su llegada a diversas tierras: Tracia, Creta, Epiro, Libia, Sicilia y Campania; en los seis últimos, los empeños de paz y guerra a su llegada al Lacio hasta que los troyanos consiguen fijar su sede en la ciudad del rey latino. Virgilio combina elementos históricos anteriores a la fundación de Roma y Cartago con el pasado histórico de Italia, con los hechos de la guerra de Troya, con otros de la época en que vive el poeta de los siglos inmediatamente anteriores y aun de los que esperan el futuro.
Desde un punto de vista literario, Virgilio combinaba en su obra diversos elementos que satisfacían a la población ilustrada de Roma. La obra imita, en los seis primeros libros, que narran los viajes de Eneas por el Mediterráneo, a la Odisea de Homero, autor popular en Roma por ser el libro de texto de las escuelas; y en los seis últimos, el asentamiento de Eneas en la península Itálica es el parangón de la Ilíada.

Intenciones del poeta

El tema de la obra había sido elegido cuidadosamente. La fundación de Roma por Eneas era un motivo de orgullo nacional; poetas como Nevio y Ennio habían popularizado la leyenda, y la gens Iulia, una de las llamadas familias troyanas, que ostentaba el poder  en Roma, pretendía descender de Julo, el hijo de Eneas. Era, pues, una intención política impuesta por Augusto: La Eneida es el poema de la restauración moral y religiosa buscada por Augusto, de la exaltación del pasado (de las virtudes tradicionales romanas) que ha de servir de modelo para los contemporáneos. Pero Virgilio no subordina su proyecto a este fin; le interesan los ideales del arte; la personalidad virgiliana consigue un equilibrio entre los fines circunstanciales impuestos desde fuera y su fuerza creadora que le impulsa a plasmar en el poema valores artísticos universales.

La Eneida, una epopeya erudita

La Eneida no podía tener el carácter de las epopeyas (Ilíada y Odisea) de Homero. Las obras homéricas pertenecen al principio de una literatura y recogen la tradición de los cantos épicos populares. Son obras que reflejan los gustos y las creencias de una sociedad primitiva y ruda. La sociedad de Augusto, en cambio, es demasiado refinada como para conocer el sentimiento épico de las edades primitivas. La mitología, que como sistema de creencias era un componente imprescindible en la épica primitiva, se conserva aquí como elemento poético convencional, inevitable en una obra de este género. La Eneida es una epopeya erudita.
Pero la Eneida conserva las demás características de este género poético: bellos relatos de aventuras, grandeza heroica de los personajes y de los interese políticos en juego, glorificación de la nación, etc. Virgilio no sólo conoce a la perfección sus modelos homéricos, da prueba también de un profundo conocimiento de la Antigüedad griega y romana.
La Eneida es una obra admirable por el arte que contiene. Su composición gira alrededor de la idea de la grandeza romana. Pero cada libro es un relato de aventuras que suscita inmediatamente nuestro interés. En esta trama se insertan auténticas tragedias, como la de Dido y Eneas, la más famosa; hermosas descripciones, un mundo de colores y sonidos a los que el poeta es tan sensible, y el arte de sugerir, en el que Virgilio es un maestro. La versificación, en hexámetros, contiene efectos de ritmo y sonoridad inigualables. La Eneida es a la vez un relato de aventuras, una secuencia de cuadros deslumbrantes y un poema de una armonía rica y compleja.

Los personajes

Si los dioses son convencionales, el sentimiento religioso es profundo: es el patriotismo religioso el que anima y sostiene esta epopeya. Y los personajes forman una galería rica y variada: Mecencio, cuya brutalidad se humaniza gracias al dolor paterno por la muerte de su hijo Lauso: Niso y Euríalo, símbolos de la amistad; Dido, primera pintura auténtica del amor en la literatura antigua; Eneas, que se transforma y enriquece a medida que conoce su destino y crecen sus deberes y responsabilidades. A través de este héroe, de bondad compasiva con los desgraciados y los vencidos, de piedad melancólica por los males de la humanidad, se deja ver el alma misma del más delicado y más moderno poeta de la Antigüedad.
Eneas es el héroe nacional romano, pues encarna las virtudes de las que se enorgullecían los primeros romanos: valor, sensatez, respeto a los mayores y acatamiento de la voluntad divina. En el calificativo de pius con el que Virgilio designa a Eneas se encierran estos significados.

1.3. Lucano (39-65 d.C)

Lucano, sobrino de Séneca, nació en Córdoba, pero vivió desde su juventud en Roma, donde hizo sus primeros estudios. Dio pronto pruebas de su precocidad: a los 16 años había cmpuesto muchos poemas y fue coronado en los Juegos Neronianos del 60 por su Elogio de Nerón. Su éxito pronto atrajo la envidia del emperador, que le prohibió publicar sus obras. Comprometido en la Conjuración de Pisón, se tuvo que dar la muerte a la edad de 26 años.
De sus obras, sólo ha llegado a nosotros un poema épico: la Farsalia. Es un relato de 10 cantos de la guerra que opuso a César frente a Pompeyo, relato imparcial, al principio, pero después del tercer libro, el poeta, caído en desgracia ante Nerón y forzado por la pasión política, tomó partido contra César. El relato se interrumpe en el libro X, después de la muerte de Pompeyo, en el comienzo de la guerra de Alejandría.

La Farsalia de Lucano narra la contienda de César y Pompeyo, La epopeya simplifica y agranda los actores de drama histórico. Destaca en él los elementos maravillosos y alegóricos sin dar cabida al componente mitológico, pues los dioses ya no aparecen como impulsores de la acción humana en la historia. Por otra parte, ya no es el héroe tradicional al modo de Eneas, sino un personaje histórico concreto. Julio César, el protagonista de la epopeya, del que en ocasiones llega a burlarse Lucano, cuando dice que no es más que la sombra de Alejandro Magno. La Farsalia se caracteriza en su forma literaria por el empleo a veces abusivo de procedimientos retóricos: descripciones patéticas e incluso morbosas, exageraciones, antítesis efectistas, énfasis, etc.

Diferencias entre la Eneida y la Farsalia.

Algunas ya se han anotado, además:

-Lucano ha querido ser un poeta original, apartándose de los caminos ya trillados por los anteriores poetas. Renuncia a la epopeya en la que se mezcla historia y leyenda, en la que los dioses intervienen en la acción del poema. Virgilio había mostrado el presente reflejado a través de un pasado mítico. Lucano, en cambio, recurre a la épica romana más antigua, que solía tratar directamente la historia contemporánea.

-La Farsalia es un poema científicoy la Eneida una epopeya erudita. El tema de la Farsalia está tomado de la historia contemporánea. Lucano, que ha trabajado sobre fuentes precisas, respeta los datos, no sin espíritu crítico, a veces. La erudición de Lucano, un poco superficial, se extiende a todos los dominios: geografía, mitología, astronomía, física.

-La finalidad de la Eneida es la glorificación de Roma y de Augusto. Para Virgilio la historia de Roma desemboca en este fin.

-Frente a la personalidad equilibrada de Virgilio, Lucano ofrece una imaginación sin límites, una pasión y una emoción que agranda los héroes hasta distorsionarlos, sobre todo, a Catón, su patriotismo y estoicismo, y cuya figura domina el poema.
Son dos épocas distintas, con ideales artísticos diferentes. La épica de Lucano quiere impresionar ante todo mediante las descripciones y los discursos artísticamente elaborados, pero también mediante sentencias bien acuñadas. Su estilo enfático y retórico está muy alejado ya de la mesura clásica virgiliana.

1.4. Seguidores de Virgilio.

Valerio Flaco (muerto hacia el 70 d.C.), escribió un poema épico titulado Argonautica. Se caracteriza por un exceso de retórica; sin embargo, pinta bien los caracteres, en particular el de Medea, que adquiere un tono magistral. Tiene algunas escenas llenas de grandeza. Su estilo, muy trabajado, tiene efectos de una lengua que recuerda la de Virgilio.

Silio Itálico (25-101 d.C.) vertió en versos virgilianos la tercera década de Tito Livio, titulando Punica su poema. No se halla en él acento patriótico ni aliento épico. Las escenas son con frecuencia extravagantes y los personajes desmesurados, pero ofrece unos “clichés” épicos, llamados virgilianos, que determinarán en adelante la poesía épica latina.

Estacio (40-96 d.C.) compuso la Tebaida, en la que narra la guerra sostenida por Polinice y sus aliados contra Eteocles, rey de Tebas. La composición es, en su conjunto, defectuosa: escribe párrafos brillantes, tiene escenas enérgicas y sobrecogedoras, que no resultan indiferentes, pero el conjunto resulta irregular y falto de armonía. La imitación de la retórica de Lucano se combina con multitud de recuerdos de Virgilio y Ovidio. Escribió otro poema épico titulado Aquilea, inacabado, en él se proponía narra la vida de Aquiles.

1.5. Influencia en la literatura posterior

Comienza con la Canción de Roldán en la literatura francesa (s. XI); sigue con El Roman de Troie. El espíritu de Virgilio está presente en toda la Edad Media y el Renacimiento: La Divina Comedia de Dante es justificación suficiente. Luego se dan epopeyas medievales novelescas y epopeyas religiosas cristianas.

Además, el pasaje de Dido y Eneas fue llevado a la ópera. 

Dido and Aeneas, ópera con música del compositor inglés del periodo Barroco, Henry Purcell (1659-1695), y con libreto del dramaturgo y poeta Nahum Tate (1652-1715), basado en su tragedia Brutus of Alba or The Enchanted Lovers y en el canto IV de la Eneida de Virgilio. Fue compuesta en 1682 y posee número de catálogo Z. 626. Está dividida en tres actos y posee una duración de alrededor de una hora.

Es una de las óperas más importantes del Barroco, y está considerada como la primera ópera nacional inglesa. Puede considerarse como la única ópera -en el sentido estricto del género- verdadera de Purcell, si se compara con otras obras como King Arthur (1691) o The Fairy Queen (1692), que responden al perfil de semióperas. Dido and Aeneas (Dido y Eneas) se ubica entre uno de los dramas más conocidos de Purcell y quizás de toda la producción inglesa.



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