Mientras que el latín culto era patrimonio de las clases nobles y de los literatos, el latín vulgar era la lengua en la que se expresaba el resto del pueblo (soldados, técnicos, artesanos, etc.), la gente no letrada; un poco como sucede hoy, que la gente en la calle se expresa en un castellano distinto al de la gente culta. De esa vía popular, el latín vulgar, nació la mayor parte de nuestro léxico.
-El latín culto: era el
latín «escrito», literario. Este latín estaba fijado por las gramáticas, y
eso permitió que permaneciera inalterable ante el paso del tiempo. En esta
lengua escribieron grandes autores de la literatura universal, como los latinos
Virgilio, Ovidio o Cicerón, pero también santo Tomás de Aquino o Dante. El
latín culto, además, fue la lengua en la que se transmitió el legado romano: derecho,
ciencia, filosofía, etc., siendo la lengua de la cultura en Europa durante
muchos siglos.
-El latín vulgar: era
el latín «hablado», el latín que usaba el pueblo. El latín vulgar tenía
variantes dialectales; así había un latín «hispano», un latín «galo», etc. Ante
la caída del imperio romano, el latín vulgar empezó a evolucionar más rápidamente,
hasta que se transformó en las lenguas romances que hablamos hoy.
Fíjate en estos
ejemplos, en los que se ve claramente que nuestro vocabulario pro- viene del
latín vulgar
Latín culto
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Latín vulgar
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Castellano
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ludere
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iocare
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jugar
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equum
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caballum
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caballo
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domus
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casam
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casa
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ignis
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focum
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fuego
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