1.
Comedia y Tragedia.
La primera y
fundamental división es la de tragedia y comedia. La tragedia, que presenta
como protagonistas a héroes y a dioses, tiene un tono solemne y su lenguaje es
elevado. La comedia, en cambio, utiliza un lenguaje desenfadado, que imita el
habla de la calle y, a veces, resulta procaz.
Dentro de la comedia
hay que distinguir la fabula palliata,
de tema griego (así llamada porque los actores salían vestidos con el pallium,
vestidura griega), y la fabula togata,
comedia de asunto romano (la toga era el vestido nacional romano de la vida
civil).
La tragedia, a su vez,
se subdivide en dos subgéneros: la
fabula graeca (cothurnata),
obras generalmente traducidas o adaptadas de la tragedia griega, y la fabula praetexta, que hace alusión a la
toga praetexta, bordada con una franja de púrpura, que llevaban los magistrados.
Esta ponía en escena episodios sobresalientes de la historia nacional romana.
De estas clases de teatro, solamente han llegado a nosotros las obras de Plauto
y Terencio (fabula palliata) y las tragedias de Séneca. Los demás son
fragmentos sacados de citas de otros autores.
1.2.
Plauto (254?-184 a.C.)
Nació en la Umbría. No
conocemos bien su vida. Sabemos que era de condición libre pero muy pobre. Su
actividad teatral fue amplia: autor, director teatral y empresario.
Obras
Escribió numerosas
obras, de las que han llegado 21 a nosotros. Se conservan, al lado de farsas,
tales como Asinaria (La comedia de
los asnos), y de comedias de intriga, como Mostellaria
(La comedia de las apariciones), Los
Menecmos, Miles Gloriosus (El
soldado fanfarrón), Pseudolus,
comedias dramáticas y novelescas, como los Captivi,
(Los prisioneros de Guerra), Rudens
(El cable), y comedias de caracteres, como Aulularia
(La Ollita), Trinummus (el hombre de
los tres centavos). Anfitrión es, según Plauto, una tragicomedia porque pone en
escena a hombres y a dioses.
Un
teatro popular.
El teatro de Plauto es
una obra de imitación. El poeta toma
de la Nueva Comedia griega los temas de sus obras, los personajes
tradicionales, como el esclavo pícaro e ingenioso, el soldado fanfarrón, el
mercader de esclavos; pero sus comedias no tienen el interés psicológico y el
valor moral y artístico de sus modelos griegos. Plauto es un hombre del pueblo; escribe para el gran público, cuyos gustos
comparte y al que quiere agradar: pero imita muy libremente. Su obra tiene un carácter popular que le da su
originalidad.
La trama de sus obras
es simple para que el pueblo la entienda fácilmente. No se preocupa de componer
artísticamente sus partes. Mezcla en un conjunto a veces confuso los rasgos
griegos y los romanos. No le preocupa la verosimilitud ni la decencia. Pero
tiene cualidades naturales, una gran riqueza de invención, el gusto del
espectáculo, el sentido del movimiento escénico: su teatro es vivo.
Tiene también una gran fuerza cómica (vis cómica). Plauto se
recrea, como su público, en la bufonada, y la sátira se queda frecuentemente en
mera caricatura. Pero tiene la virtud de deformar
la realidad aumentando sus dimensiones en medio de un chorro incontenible
de palabras, de retruécanos e imágenes en un ritmo frenético de estilo.
1.3.
Terencio (190?-145 a.C.)
Nacido en Cartago hacia
el 190 a.C. Terencio vino a Roma como esclavo, pero recobró su libertad de
manos de un senador que había visto en él aptitudes intelectuales. Después de
haber recibido una excelente educación, se convirtió en el protegido de las más ilustres familias nobles, los Escipiones y
los Emilios. Para estos escribe sus comedias. Con él la comedia popular de
Plauto se hace más delicada y apta para interesar a las clases elevadas de la
sociedad romana.
Obras.
Nos quedan de él seis
obras: La Andriana, el Eunuco, Hecira, el Heautontimorumenos
(título transcrito del griego: El que se
atormenta sí mismo), Formión y Adelfos.
Terencio
y la Comedia griega.
El tema de sus obras
está tomado de Menandro por el procedimiento de la contaminación, es decir, combinando dos piezas griegas para obtener
una intriga más rica en incidentes. Sus piezas presentan el tema ordinario de
la Comedia Nueva de los griegos: un joven ama a una joven pobre, de padres
desconocidos. Consigue casarse con ella gracias a las artimañas de un esclavo
fiel. Finalmente se descubre que la joven es libre de nacimiento e incluso de
clase noble. A veces, se encuentra sus padres. Pero Terencio enriquece el tema
dando particularmente más importancia al papel de los padres.
Plauto
y Terencio.
Comparándolo con
Plauto, se ve mejor la originalidad de su obra:
- De
la comedia bufonesca de Plauto, Terencio ha hecho una comedia psicológica. Los personajes no son ya caricaturas,
sino auténticos retratos; sabe marcar las diferencias de edad y condición.
Se trata de un verdadero realismo. Pero su comedia carece de la fuerza
cómica de Plauto.
- De
una comedia popular, Terencio ha hecho una comedia burguesa: describe los personajes de la clase media de
su sociedad trazando delicadamente los rasgos de su carácter.
- De
una comedia desmesuradamente cómica, Terencio ha hecho una comedia
sentimental y moralizante. Sus personajes son muy buenas personas, a pesar
de sus defectos, si los comparamos con la galería de personajes de Plauto.
A veces, sus discusiones tocan elevados temas de filosofía moral.
Éxito
de Terencio.
Acostumbrado al teatro
de Plauto, el pueblo sólo concdió un éxito relativo a las obras de Terencio.
Incluso tuvo que defenderse, en los prólogos de las comedias, del ataque de los
críticos que le echaban en cara el procedimiento de la contaminación. Pero su influjo en todas las épocas de la literatura
ha sido tan importante como el de Plauto, si no mayor. Siempre se ha celebrado
en él la moderación y la delicadeza en el tratamiento de los
personajes así como el purismo de su
estilo.
1.4.
Séneca (4 a.C.-65 d.C.)
Hijo de Séneca el
retórico, nació en Córdoba. Su carrera pública de funcionario le llevó pronto a
la corte imperial y le convirtió en maestro de Nerón, sobre el que tuvo
inicialmente un gran predicamento. Después, su supuesta participación en la
conjuración de los Pisones llevó a Nerón a darle la orden de suicidarse.
Obras.
Se le atribuyen
tradicionalmente nueve tragedias, cuyos títulos son: Hercules furens (La locura de Hércules), Troades (Las Troyanas), Phoenissae
(Las fenicias), Medea, Phaedra (Fedra), Oedipus (Edipo), Agamemnon
(Agamenón), Thyestes (Tiestes), Hercules Oeteus (Hercules en el monte
Eta). Todas ellas tienen un cierto paralelismo temático con la tragedia ática
(Sófocles y Eurípides). Se le ha atribuido una décima, Octavia, cuyo tema es el destino trágico de la primera mujer de
Nerón, pero hoy sabemos que no salió de su mano. Esta última obra es la única
representante de la fabula praetexta
que ha llegado a nosotros.
Una
tragedia erudita.
El estilo de Séneca
está caracterizado por el pathos, ese sentimiento desbordado
de lo trágico que se remonta a Eurípides. Sin embargo, la acción y los
caracteres pierden importancia. Probablemente, estas pieza, de retórica
avasalladora, estaban destinadas para la declamación, pero el análisis del
texto no ha detectado hasta ahora un pasaje que sea imposible de representar en
escenas. Son obras deformadas por el exceso
de declamación, por las disquisiciones
morales y la erudición mitológica,
y no contienen el peculiar espíritu ni el trasfondo religioso del drama griego
antiguo. Pero hay en ellas finos pasajes descriptivos y un profundo sentimiento
para captar la idea de la belleza moral.
1.5.
Influencia en la literatura posterior
Plauto gozó siempre de
una gran acogida entre el público y sus comedias se siguieron representando con
gran éxito mientras existió una tradición teatral viva en Roma. Durante el clasicismo
de los últimos años de la República y de la época de Augusto la popularidad de Plauto
sufre un cierto retroceso por influencia de los grandes poetas del momento, en
particular Horacio, a quienes disgustaba en general la literatura de la época
arcaica. A partir del Renacimiento
Plauto vuelve a ser leído y representado, ejerciendo sus obras gran influencia en
el teatro inglés del siglo XVI. Como muestra de esta influencia de las comedias
plautinas en el teatro europeo de los
siglos XVI y XVII baste decir que la comedia de los errores de Shakespeare
utiliza el argumento de Menaechmi y
que El avaro de Moliére recuerda al Euclión
de la Aulularia. Terencio tuvo
muchísimo menos éxito y repercusión que Plauto. Séneca influyó indirectamente
en algunas tragedias posteriores. Destaca la influencia probada sobre Unamuno y
sus tragedias. El influjo de Séneca ha sido decisivo en el teatro clásico
francés e italiano y en el drama
isabelino inglés del siglo XVI y, en ocasiones, en algunas obras de
Shakespeare.
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